Despues de mas de 133 años desde que se invento la bombilla incandescente, su presencia en nuestras vidas se va extinguiendo, los tiempos cambian y las necesidades tambien, la realidad de su importancia en nuestra vida cotidiana se va desvaneciendo, hoy los efectos del cambio climatico nos obliga a abandonarlas, pero ya existen alternativas amigables con el medio ambiente,
Después de 133 años de que Thomas Edison comercializase la primera bombilla, desde el 1 de septiembre las bombillas tradicionales han dejado de fabricarse en todos los estados miembros de la Unión Europea. De esta forma se da cumplimiento a la Directiva Ecodedign 2009/125/CE que establece unos niveles máximos de energía que las bombillas incandescentes sobrepasan. No obstante, los comercios podrán comercializarlas hasta que agoten sus existencias.
Las bombillas tradicionales utilizan tan sólo el 5% de la electricidad consumida para transformarlo en luz, mientras que el 95% restante se desperdicia en calor. Por ello, las alternativas actuales como las halógenas, las fluorescentes compactas -conocidas como bombillas de bajo consumo-, o las bombillas LED, no sólo son más eficientes en la relación consumo/luminosidad, sino que tienen una vida útil más larga, de 10 a 20 veces mayor que las tradicionales.