Por GREG BLUESTEIN-ROBERT, Luisiana, EE.UU., Actualización: sábado, 22 de mayo de 2010 9:21
El petróleo deja sus huellas en una isla cerca de las costas de Luisiana el viernes 21 de mayo del 2010 (Foto AP/Patrick Semansky)
ROBERT, Luisiana, EE.UU. (AP) — Preocupados e indignados, los residentes de la costa de Luisiana se preguntaban el sábado qué harán el gobierno federal y otros ante la viscosa mancha de petróleo que llegaba a un frágil ecosistema de humedales, en una crisis que se agrava día a día.
"Es difícil limpiar cuando no se ha contenido la fuente", opinó Chris Roberts, un concejal del distrito de Jefferson, que va desde la zona metropolitana de Nueva Orleáns hasta la costa. "Uno puede limpiar la playa, pero vuelve de inmediato".
Roberts observaba el petróleo que obligó a las autoridades a cerrar una playa pública en Grand Isle, al sur de Nueva Orleáns, a medida que llegaban a la costa burbujas espesas de petróleo.
Otros se preguntaban por qué la petrolífera BP seguía a cargo de la operación para frenar el derrame en el Golfo de México, que comenzó el 20 de abril cuando explotó la plataforma de prospección Deepwater Horizon, con un saldo de once trabajadores muertos.
"El gobierno debería haber intervenido y no limitarse a aceptar la palabra de BP", afirmó Wayne Stone, un aficionado al buceo de Marathon, Florida, preocupado por el efecto del derrame en la ecología.
El gobierno está encargado de supervisar la limpieza y otras tareas, pero el comandante de la Guardia Costera Thad Allen, el funcionario responsable, dijo que comprende el descontento.
"Si alguien está frustrado con esta respuesta, le puedo asegurar que es normal, porque yo también me siento frustrado", dijo.
La ley impide que el gobierno se haga cargo del todo, dijo Allen. Después del derrame del buque Exxon Valdez en Alaska en 1989, el Congreso dictaminó que las compañías petroleras debían responsabilizarse de lidiar con los accidentes importantes —y pagar por toda la limpieza— bajo la supervisión de agencias federales.
BP, que está a cargo de la limpieza, dijo que recién el martes los ingenieros podrán intentar taponar con lodo el pozo petrolero submarino, en una nueva demora.
Esa práctica se ha intentado en tierra pero nunca a 1.525 metros (5.000 pies) de profundidad, de modo que científicos e ingenieros se han pasado la semana pasada preparándose para poder taponar el pozo e impedir que siga saliendo petróleo como desde hace un mes. Originalmente esperaban hacerlo este fin de semana.
El vocero de BP Tom Mueller dijo que "nunca se ha hecho antes y tenemos que asegurarnos de que todo se haga bien".
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